“Todo animal esta genéticamente programado para defenderse o escapar ante una amenaza. Esta reacción instintiva al peligro se la conoce como “Fight or Flight” (lucha o huida), es decir, como el mismo mecanismo automático que impulsa al mosquito, a la rata, al orangután y también al ser humano a ponerse en guardia o echar a correr al percibir un riesgo potencial para su supervivencia”.
El Gen Egoísta
viernes, 3 de diciembre de 2010
“La teoría de Darwin sobre la Evolución por “Selección Natural” establece que los humanos no dominan a los animales ya que somos animales”.
Pero hasta al mismo Darwin le costo establecer esto porque es algo que pone en duda nuestra confianza en los otros seres humanos. Nuestra moral y nuestras formas se convierten en una simple fachada. Si el motor de la evolución es la lucha por la existencia ¿como es que los humanos no nos regimos por la competencia despiadada? ¿Se podría decir que el genocidio y las limpiezas étnicas son una estrategia de supervivencia?
Darwin demostró en su teoría que la naturaleza es una guerra. El hombre evolucionó en la dura competición de la naturaleza en la cual todos los participantes luchan por su propio beneficio y, como están rodeados de otros que quieren los mismos beneficios, suelen explotarse los unos a los otros. La cruda lucha por la supervivencia en la naturaleza ha sido la fuerza motriz que ha movido la evolución de la vida.
La supervivencia del más preparado en esta despiadada lucha, significa en realidad la supervivencia de los genes que nos han moldeado, porque de hecho solo son los genes los que sobreviven generación tras generación. Un gen que no cuide sus propios intereses no podría sobrevivir. Ese es el significado de
Darwin reconoció que los humanos somos la primera y única especie que puede escapar de la fuerza brutal que nos ha creado: “
Tenemos que entender que la evolución no persigue un propósito, no existe la bondad, no tiene planes de futuro. Algunos la encuentran terrible pero existe una mejor forma de verla: tan solo nuestra especie ha evolucionado hasta el punto en el que podemos entender los genes egoístas que nos han moldeado. No son modelos de comportamiento sino lo contrario. Como somos concientes de que existen esas fuerzas podemos intentar domarlas mediante EL ALTRUSIMO: la bondad, la moralidad, la medicina moderna, la caridad, incluso pagando nuestros impuestos; podemos derrocar la tiranía de la selección natural.